Todo empezó en Parkes, un pequeño pueblo al interior de New South Wales. Con Benjamín estábamos haciendo algunas compras cuando el dependiente empezó a hablar con nosotros. Le contamos que viajamos a dedo, la sonrisa en su cara desapareció y entre una mezcla de sorpresa y preocupación nos preguntó, “¿no tienen miedo?” Le contestamos que no, hasta ahora hemos tenido suerte y hemos conocido gente muy amable y acogedora. Lo último que nos dijo fue tengan mucho cuidado. Estamos en un pueblo muy pequeño y tranquilo, estoy un poco sorprendida. Esto sería solo el comienzo de una serie de encuentros mas bien extraños.

En los siguientes días las personas que nos llevan nos cuentan historias de asesinos en serie, nos  hablan de la película Wolf Creek y de numerosas desapariciones inexplicables. Algunos conductores se despiden con un sincero “tengan cuidado”. Mientras paramos en Condamine (Queensland) por un par de días. Debbie, la dueña del caravan park donde trabajamos nos dice una mañana “Una vez me paso algo muy feo cuando estaba haciendo dedo… tengan mucho cuidado.”

Las carreteras en Australia atraviesan lugares inhóspitos con muy poco tránsito.

Mientras seguimos viajando hacia el norte de Queensland, las advertencias y anécdotas se vuelven mas comunes. En Proserpine, la recepcionista del caravan park donde pasamos la noche se alarma cuando le pregunto por un buen lugar para hacer dedo, “¿No viajas sola, cierto? Una de mis amigas fue asesinadas mientras hacía dedo sola. ” Son muchas advertencias para ser una simple coincidencia, nos preocupamos un poco, pero aún no llegaría lo peor. Cuando llegamos a Ayr tuvimos la siguiente conversación:

– ¿Viajan a dedo?

– Si.

– ¿Saben que está prohibido en Australia?

– Mmm… si.

– ¿Saben que pueden morir?

– Mmm… tenemos cuidado, si vemos que la persona que para no nos inspira confianza, no aceptamos.

– Pero una vez que están en el auto es demasiado tarde, nunca viajaré a dedo.

– En serio, ¿Cree que es tan peligroso?

– Una de mis amigas fue asesinada mientras viajaba a dedo…

– Oh, que terrible… pero al menos nosotros no viajamos solos.

– Eran un grupo de cuatro chicas, todas murieron, una tras otra.

– ¿Atraparon al culpable?

– No, nuca lo encontraron, por eso nunca viajaré a dedo…

No sabemos que decir, nos preocupamos. No paro de preguntarme si la tasa de homicidios o asalto a mochileros y viajeros en Australia es tan alta o tenemos muy mala suerte y estamos conociendo solo a las personas que han tenido terribles experiencias, Australia me parece un lugar muy seguro así que decidí investigar un poco sobre el tema.

Mito: Hay una gran cantidad de desapariciones en Australia.

Antes de preocuparnos, veamos las cifras de la policía federal australiana, alrededor de 35 mil personas nos reportadas como desaparecidas al año. Más del 95% de las personas son encontradas a la semana siguiente. Por lo tanto hay alrededor de 1600 personas cuya desaparición no se resuelve (en menos de 6 meses) el porcentaje es menor que en el Reino Unido.

¿Que pasa entonces, si no son muchas las desapariciones, porque se habla tanto del tema? Australia es mucho mas grande y menos poblado que la mayoría de los países del mundo, las distancias nos enormes, al interior del país no vive prácticamente nadie, el clima es especialmente duro. Algunas de las “desapariciones” se deben a:

•  Los que nunca desaparecieron, pero no dieron noticias por un largo tiempo. Hay personas que se adentran en el desierto (outback) e inquietan a sus familias. Al revisar la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores francés podemos leer: “cada año, los servicios consulares son movilizados a menudo por la desaparición de personas que no lo son.”
• Las personas que encuentran después de haberse perdido, a menudo en el outback, ya sea por mala suerte, por imprudencia o inexperiencia. Por desgracia no siempre son encontrados vivos, nuevamente, no es debido a un asesinato.
• Las personas que aún no son encontradas, pero las circunstancias de sus desapariciones indican que sus desapariciones no son culpa de terceras personas. Muchas de las personas que se internan en el outback subestiman o ignoran los peligros. Así también con el mar y la fauna australiana.

Actualmente hay alrededor de 416 mil mochileros en Australia. Por supuesto, mas de alguno tendrá problemas, es inevitable. Pero en general, no todos los días alguien desaparece para no ser encontrado. Entonces ¿Por qué la gente tiene tanto miedo?

Los « Backpacker Murders » (asesinos de mochileros)

Entre el final de los años 80 y la primera mitad de los 90, una serie de desapariciones de mochileros atemorizó a New South Wales y Queensland. Los jóvenes desaparecidos eran australianos y extranjeros, viajando solos o en grupo, a menudo eran vistos por última vez haciendo dedo en los mismos caminos que recorrimos con Ben a dedo. Conocimos a una mujer que viajó a dedo por Australia en esa época, pero al recorrer estas regiones lo hizo en bus. Entre septiembre de 1992 y noviembre de 1993 varios cuerpos y esqueletos fueron descubiertos en el bosque de Belanglo (NSW), eran algunos de los mochileros desaparecidos. Ivan Milat, el asesino, fue arrestado y condenado por el asesinato de siete personas cuyos restos fueron encontrados, así como por un intento de asesinato de un mochilero británico que pudo escapar, las autoridades sospechas que hubo mas víctimas.

Milat se encuentra en prisión desde hace casi 20 años y no tiene esperanza de ser liberado. Pero este caso influyó mucho en el inconsciente colectivo de los australianos con los que hemos hablado. Muchos creen que hacer dedo es peligroso en sí mismo, como si las carreteras australianas estuvieran llenas de asesinos, creen que hay personas desapareciendo como si Ivan Milat aún estuviera libre.

El famoso Wolf Creek

Wolf Creek es “la” película que inevitablemente surge en las conversaciones. Es para Australia lo que Hostel es para Eslovaquia o The Hills Have Eyes es para Nuevo México. La característica principal de Wolf Creek es que está basada parcialmente en hechos reales, muy parcialmente. El asalto de una pareja de mochileros ingleses que concluyó en la desaparición del joven, mientras que su compañera escapó del asesino.

El 14 de julio de 2001, Peter Falconio y Joanne Lees viajaban en su vehículo por Stuart Highway, una autopista que une Australia de norte a sur a través del outback, cuando vieron a un hombre haciendo señas en la carretera junto a su van, se detuvieron a ayudarlo. Mientras Peter inspeccionaba el vehículo junto al hombre Joanne oyó un disparo. Amenazándola con el arma el hombre ató las manos de la joven y la obligó a subir a su van. Afortunadamente ella aprovechó un momento de descuido para escapar, se adentró en el outback y se escondió entre los arbustos, en la oscuridad de la noche el asesino no la encontró y abandonó la escena.

Unas horas más tarde, Joanne fue capaz de detener un camión, se salvó. Mas tarde el asesino fue identificado como Bradley John Murdoch, fue arrestado y condenado. El cuerpo de Peter nunca fue encontrado y se presume muerto. No hay otras desapariciones son atribuidas a Murdoch. Esta historia es horrible, sin embargo dista mucho de la del asesino en serie de la película Wolf Creek, no sé cómo dice estar basada en hechos reales.

Conclusión, estamos a salvo

Existen historias reales de asesinos en serie y de mochileros muertos por hacer dedo, pero no solo en Australia, estas historias son reales, pero son por mucho menos comunes que lo que piensa la mayoría. Nos podemos preguntar ¿Qué pasa con las personas que conocimos y que perdieron a alguien de esta forma? Honestamente, no lo sé, quizás es una costumbre post Milat. Mejor asustar a los viajeros con historias inventadas que dejarlos viajar a dedo, como dicen aca “fair enough”. En el caso contrario, supongo que tuvimos la mala suerte de conocer a dos personas que perdieron a alguien asesinado por hacer dedo.

Siempre he pensado que antes de tomar un riesgo, cualquiera este sea. Hay que evaluar la situación, ver los beneficios y las posibles consecuencias. Si hubiese viajado por New South Wales y Queensland en la época de los asesinos de mochileros, no hubiese hecho dedo, pero ahora no veo ningún riesgo en especial. Si me asaltan mientras camino por las calles de Lille, Francia, todo el mundo estaría de acuerdo en decir que me cruce con la persona equivocada en el momento equivocado. Si nos sucede algo mientras hacemos dedo o conducimos por las carreteras de Australia, creo que es lo mismo, la persona equivocada en el momento equivocado. Porque incluso si se habla mucho sobre los asesinos seriales, Milat y Murdoch son excepciones, un porcentaje ínfimo sobre el universo de los mochileros que han viajado, viajan o viajarán por Australia.

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