Entre todas las personas que estamos presentes esta mañana en la playa de Monkey Mia, debo ser la única que tiene dudas sobre lo que va a suceder. Tres delfines salvajes serán alimentados a mano por una docena de afortunados, elegidos dentro de una multitud de turistas en la playa. Se escuchan exclamaciones como “ahhh” y “oooh”, las cámaras disparan como metralleta y todos sueñan con ser elegidos.
Extraña coincidencia, la persona encargada de supervisar el “desayuno” me apunta. Propongo a Benjamín ir en mi lugar – él sabe lo que pienso acerca de alimentar animales salvajes – pero él me empuja suavemente al agua, ¡adelante!
Así es como me encuentro con un pez muerto en la mano, un delfín a mis pies y un sentimiento de que esto no esta bien cuando el pescado desaparece en la boca del delfín.
Mis padres tenían ganas de ver a los famosos delfines de Monkey Mia, un gran atractivo de Shark Bay, Western Australia. Algunas personas comenzaron a visitar la playa cuando los pescadores alimentaban a los delfines en los años 60, de a poco se corrió la voz, los visitantes empezaron a llegar en masa y la visita se convirtió en algo común.

A veces, hasta 700 personas vienen a ver los delfines
Reglas para alimentar un delfín salvaje
Me alivia saber que es un espectáculo controlado, dentro de la docena de delfines que visitan regularmente la playa de Monkey Mia solamente se alimentan tres hembras adultas. Son parte de un programa administrado por el Departamento de Medio Ambiente y Conservación de Western Australia, el equivalente al Ministerio de medioambiente. Reciben una quinta parte de sus necesidades diarias de alimentación, lo que garantiza que sigan cazando y siendo independientes. La comida está limitada a la mañana para no captar su atención durante todo el día, así aseguran que los delfines pasen tiempo con sus compañeros y sus crías. Además, los responsables tienen la obligación de vigilar, no se puede tocar a los delfines (la multa puede llegar a los 10 mil dólares). La zona de interacción está cerrada a los pescadores y bañistas. Por supuesto alimentar a los delfines es ilegal y también se arriesga una multa de 10 mil dólares.

Mirar pero no tocar es la premisa, provoca estrés e irritación en la piel de los delfines.
Por desgracia, estas reglas no fueron aplicadas desde el principio. Durante mucho tiempo no existían normas, lo cual hizo mucho daño. Uno de los mayores problemas era la alta mortalidad de las crías (92%), abandonados por su madre que era alimentada durante todo el día en la playa. La consecuencia mas grande fue que muchos delfines nunca aprendieron a cazar. Desde el inicio del programa controlado en 1995 la mortalidad se redujo a un 23%. Era este tipo de situaciones las que temía, pero encontré que realmente se hicieron esfuerzos en Monkey Mia para balancear la industria turística y el respeto por la vida silvestre. Pase lo que pase, una parte de mí se siente incómoda con el hecho de alimentar a estos animales.
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¿Les recomendaría ir a Monkey Mia?
Ahora el lugar es un complejo turístico bastante grande rodeado de un entorno precioso, es un sitio agradable y propicio para el relajo. El alojamiento es para todos los presupuestos, desde camping hasta pequeños departamentos con vista al mar. Incluso sin los delfines es un lugar que vale la pena visitar por un par de días. La región es muy hermosa y llena de vida, hay muchas excursiones y actividades disponibles. Shark Bay es un área marina protegida, en la orilla se encuentran aves, lagartos y tortugas; en el agua tortugas, tiburones y dugongos. Hay arrecifes de coral donde se puede practicar buceo. Por último, la reserva natural marina de Hamelin Pool es el hogar de estromatolitos. En la tierra el paisaje también es digno de admiración como en el Parque Nacional Francois Perón. También se puede descubrir la cultura aborigen de la zona.
Es genial ver a los delfines nadar, interactuar y cazar a pocos metros de la playa. Lo mas importante para mí es que es incomparablemente mejor que cualquier actividad con delfines en cautiverio. Acá los delfines son libres, el bienestar y la salud de su población es de suma importancia para el turismo, no es el caso de los delfinarios. Si uno de sus sueños es admirar de cerca a estos animales en un entorno seguro para ellos, Monkey Mia es una buena solución. Pero por favor, no crean que alimentar animales salvajes es aceptable, es una práctica muy dañina para los animales, acá estamos hablando de una excepción.
Monkey Mia Dolphin Resort Cómo llegar: Monkey Mia se encuentra al final de Monkey Mia Road, que se accede desde Denham – mapa Información y reservas (en Inglés): Página web Ver a los delfines: gratis si se quedan en el resort, de lo contrario $ 8/persona. Alojamiento: camping desde $ 15 por persona (sin luz), cabinas desde $ 239. Planifica tu viaje: Monkey Mia es un resort, no hay combustible, hay una tienda, pero tiene pocos productos y es cara. El pueblo más cercano es Denham, a 23 km. El alojamiento en el resort y Denham está lleno en temporada alta por lo que es mejor reservar. |
Etiquetas: Parques y Reservas de Australia turismo de vida silvestre Western Australia
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