A menos de 200 kilómetros de Santiago está la Región de Coquimbo, conocida por albergar varios de los observatorios mas importantes del mundo y por el mítico Valle del Elqui. Hace un par de años viajamos por esta región y conocimos el observatorio La Silla, por supuesto este lugar tiene mucho mas que ofrecer, lugares no muy destacados pero con mucho encanto.
Empezamos nuestro viaje al norte de Sudamérica y en nuestro camino visitamos tres lugares en la Región de Coquimbo que nos encantaron.
Celebramos San Pedro y San Pablo en Los Vilos
Ubicada al sur de la región de Coquimbo, Los Vilos es un balneario popular en los meses de verano y una ciudad muy tranquila durante en invierno. Tuvimos la suerte de llegar justo el 29 de junio, día donde se celebra San Pedro y San Pablo, un día importante ya que San Pedro es el patrón de los pescadores. En la caleta asistimos al final de las celebraciones que traen alegría y color al lugar.
Después de una larga caminata por la playa llegamos al puerto Punta Chungo, aquí hay un enorme conducto que trae concentrado de cobre de una mina en los Andes ubicada a 120 kilómetros del lugar, los barcos cargan este material en este puerto.
De vuelta, cuando caminábamos aun por la playa, el sonido de los tambores y de las flautas nos guió hasta una procesión religiosa con baile.
Tuvimos suerte de encontrarla ya que es algo muy típico en las regiones del norte de Chile, los bailes religiosos tienen influencia Inca y son una manera de rendir culto a dios, a María o a un santo.
Cada grupo avanzaba bailando al ritmo de la música de sus tambores y flautas, todos vestidos iguales, algunos llevaban una bandera y otros un barco o un santo en miniatura. Hasta vimos un bailarín disfrazado de diablo.
Los Vilos tiene una costanera hecha para salir a pasear comiendo una empanada de mariscos o una palmera, con Ben nos tomamos todo el tiempo del mundo para caminar hasta la estatua de un mastodonte que nos impresionó bastante (en la región se encontraron fósiles de mastodonte).
Me gustó Los Vilos, su atmosfera alegre y la belleza de su playa coronada por la impresionante estructura de Punta Chungo.
Miramos las estrellas en Combarbalá
Después de Los Vilos teníamos planificado hacer dedo por la Ruta 5 norte, pero el destino quería otra cosa y la persona que nos recogió viajaba hacia el interior, después de intercambiar miradas cambiamos los planes y dejábamos la ruta 5 para conocer en centro de la región.
La geografía cambia con el paso de los kilómetros, los valles bajan de los Andes hacia el mar y donde miremos se alzan los cerros y las montañas, el paisaje se vuelve cada vez mas seco.
Los colores minerales del lugar son alucinantes y todo esta dominado por una vegetación baja, cactus y cabras sueltas.
Estoy encantada al descubrir Combarbalá, una pequeña ciudad ubicada justo al medio del país, la distancia es casi la misma desde la ciudad al mar y la frontera con Argentina. Hace calor como en un día de verano, las casas y otras construcciones de adobe le dan un encanto especial a las calles, la plaza de armas es preciosa y además encontramos alojamiento muy económico a una cuadra del centro de la ciudad (residencial La Canelina), 8000 pesos chilenos por los dos (12 dólares) en una habitación con baño compartido, muchas veces hemos pagado mas por acampar.
Decidimos visitar el observatorio turístico construido en 2009 por la municipalidad, el cual organiza tours nocturnos. Visitamos la oficina del observatorio Cruz del Sur y nos dijeron que las ultimas noches habían estado nubladas, así que pedimos permiso para visitar las instalaciones de día, una muy buena idea.
La persona a cargo, Esther, nos dio un tour muy interesante, hablamos sobre la vida en la zona y el impacto de la sequia de los últimos 8 años y finalmente nos indico un camino para volver a la ciudad a través de un paisaje espectacular por los cerros.
Combarbalá se convirtió en uno de los recuerdos mas lindos que tengo de Chile, si tienen la posibilidad de conocerlo no se lo pierdan.
Disfrutamos de la tranquilidad de Punta de Choros en temporada baja
Decidimos ir a la caleta Punta de Choros, ubicada al norte de la región de Coquimbo, 3 horas antes de llegar al lugar.
Hace dos años la habíamos visitado y nos encantó, así que cuando Ben me preguntó -¿y por qué no vamos a Punta de Choros? No vacilé en decir que si.
En invierno Punta de Choros tiene otra cara, llegamos a una caleta muy tranquila, donde los campings y las cabañas están vacías. En el almacén donde paramos a comprar algunas cosas, nos dijeron que para encontrar alojamiento barato hay que buscar las cabañas rosadas al lado de Conaf y preguntar por “El Mago”.
Después de caminar un poco El Mago nos encontró a nosotros y de hecho sus cabañas son muy económicas, 15000 pesos chilenos (23 dólares) en temporada baja, por una cabaña grande para seis personas a metros de la playa. Con Ben hicimos una pequeña locura y decidimos quedarnos tres noches.
Debo decir que podría quedarme semanas en Punta de Choros, me encanta la serenidad y la belleza del lugar.
Es con Punta de Choros que nos despedimos de la Región de Coquimbo para seguir camino al norte. Nos despedimos, pero con unas ganas terribles de volver algún día, ya que nos encantó de cabo a rabo.
Etiquetas: visitas
3 Comments
Que bonito su paseo por el norte de Chile.
Me dan ganas de volver a Chile y recorrerlo.
hola, me podrias indicar el nombre de las cabañas donde se quedo en punta de choros, me encanto su blog, si me pudiese dar los datos de esas cabañas se lo agradeceria
gracias
denisse
Hola Denisse, no tienen nombre… pregunta por el mago 😉