Después de Sídney con Ben decidimos viajar a Ayr, Queensland, una ciudad situada a más de 2000 km al norte. Según la muy útil National Harvest Guide es la temporada para encontrar trabajo en las granjas, además parar los meses de invierno en una región tropical suena bien. 2339 km a dedo, parece mucho ¿verdad? Pero cuando lo comparamos al tamaño de Australia, cambiamos de idea.
Siempre es así en Australia, ves dos puntos en el mapa y no parecen tan lejos el uno del otro, pero después de conducir mas de 1000 km sin unir los puntos, nos damos cuenta del tamaño real del país y del tiempo que toma recorrerlo. Tenemos el paisaje, el clima y la vegetación que cambia durante el viaje y nos muestra la distancia recorrida. Para salir de Sidney tomamos un tren a Lithgow, salir de una ciudad para hacer dedo puede ser muy difícil, por eso buscamos un pueblo a las afueras de la ciudad, el viaje que pensamos que era corto nos llevó varias horas y terminamos recorriendo 140 km. El viaje fue espectacular, cruzamos la Blue Mountains y aprendimos la lección rápido y ahora tomamos en serio el tema de las distancias.
Salimos de Sídney muy temprano en la mañana, pero con el viaje en tren más la caminata fuera de la ciudad empezamos a hacer dedo bastante tarde, a las 15 horas estábamos parados al lado de la carretera, tuvimos suerte, el primer conductor nos llevó hasta Parkes, 211 km de distancia y nos dejó en la puerta de un caravan park, un sitio de vacaciones para casas rodantes y campistas. A lo largo de nuestro viaje la suerte nos ha sonreído, los australianos nos han sonreído, la verdad Australia entera nos ha sonreído. Nuestro tiempo de espera mas largo ha sido solo de 3 horas. En cada lugar donde llegamos la gente es agradable, es muy fácil hablar con las personas y a veces hasta nos han pedido disculpas por no ir en la misma dirección. También están todos los que nos han ayudado llevándonos, ofreciéndonos algo para comer, un techo y hasta trabajo.
Al siguiente día nos llevó un camión y ni siquiera tuvimos que levantar el pulgar, caminábamos a la salida de la ciudad cuando de la nada paro. Los camioneros manejan por varios días y un poco de compañía hace el viaje mucho mas llevadero. Con Dave avanzamos un poco mas de 500 km, nos llevó junto al borde que divide New South Wales y Queensland, aun no habíamos llegado, Queensland es 2,5 veces el tamaño de Francia, nos quedaba un largo camino.
En Queensland el panorama cambió. Las montañas cubiertas de árboles cambiaron por llanuras cubiertas de hierba seca, con algunos árboles y arroyos secos esperando la lluvia para volver a fluir. El horizonte está dominado por pequeñas montañas (confieso que después de vivir un año en Chile tiendo a pensar en colinas el lugar de montañas, es difícil catalogar algo como una montaña después de haber caminado, cruzado y vivido en la Cordillera de Los Andes). Las casas también son diferentes, el estilo de construcción en esta región se llama queenslander. Las viviendas se alzan varios metros de la superficie sobre pilotes, algunas veces más altos que otros, lo suficiente para estacionar varios autos bajo las casas. El motivo, refrescar las casas durante el tiempo seco y aislarlas del agua durante las inundaciones. El paisaje es seco solo en apariencia, nos estamos acercando a una región tropical, donde las fuertes lluvias y los huracanes regularmente causan inundaciones.
La tercera noche llegamos a un lugar en medio de la nada llamado Condamine, es un pequeño punto en el mapa y es pueblo no es mucho mas que un montón de casas y un bar junto a la carretera A5 que seguimos. El lugar tiene un caravan park donde viven y pasan una gran cantidad de trabajadores de las empresas de gas natural que operan en la región. Después de 5 minutos de conversación con la propietaria, Debbie, recibimos una propuesta, nos preguntó si estábamos dispuestos a trabajar un par de días en la limpieza y mantenimiento del lugar. ¿Quién diría que no a la oportunidad de pasar unas noches en un cuarto confortable y un poco de dinero a cambio de unas horas de trabajo? Después de 3 noches, 2 días, 10 horas de trabajo, una agradable paseo por el bosque alrededor de Condamine y el rescate de una rana que decidió que el baño de hombres era un buen lugar para vivir, nos fuimos con 300 dólares en el bolsillo y una oferta de trabajo para cuando queramos volver por parte de Debbie, quien tuvo la suficiente confianza de dejarnos a cargo del lugar durante una noche y un día.
Nuestra buena fortuna nos siguió, el 4×4 que nos sacó de Condamine era conducido por John, nacido en India, educado en Inglaterra y casado con Emmy, una suiza que conoció en Australia donde viven con su hijo. Muy pronto nos dimos cuenta que iba al mismo lugar donde nos dirigíamos, Rockhampton, a 450 km de distancia, casi en el Trópico de Capricornio. Él accedió a llevarnos hasta ahí, un gran golpe de suerte. Después de una larga conversación que incluyó la mas hilarante imitación de los distintos acentos del mundo angloparlante, John nos invitó a pasar unos días con él en Yeppoon, un lugar de vacaciones junto a la costa. Ese fue el segundo golpe de suerte. En Yeppoon, conocimos a una familia interesante y generosa, con quienes compartimos 2 noches inolvidables. Durante nuestra estadía no paro de llover, por lo que nos dedicamos a trabajar en el sitio y a ver películas en el mini cine de la casa. Cuando nos despedimos de John y Emma me sentí como si me estuviera despidiendo de una pareja de amigos.
¿Qué se viene? En el próximo artículo, les contaré acerca de mis primeras impresiones de Queensland tropical y la fauna australiana…
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